Conflicto Israel - Palestina, por Manuel R.

Saludos a todos los lectores de Mierdasdelavida.com. Antes de empezar me gustaría presentarme y agradecer a mi gran amigo Halex que me haya brindado la posibilidad de escribir en su Blog. Soy Manuel Rodríguez y como veis en el título voy a hablaros del conflicto entre Palestina e Israel a raíz de los últimos acontecimientos que han tenido lugar como el hundimiento de la flota de ayuda humanitaria enviada por Turquía y otros países a la franja de Gaza.

De forma previa a mi crítica sobre el tema me gustaría dedicaros dos cosas:
-En primer lugar, mis disculpas anticipadas por si cometiera algún fallo relacionado con la documentación que he consultado o sobre un punto de vista demasiado subjetivo. Pero hay que entender que es un tema difícil de tratar y es fácil cometer errores.

-En segundo lugar, este pequeño resumen que he redactado para aquellos que no conozcáis bien en qué consiste el enfrentamiento entre palestinos e israelíes y podáis entender fácilmente la situación actual, desde una perspectiva histórica:

A finales del siglo XIX y a raíz del anti-judaísmo en Europa, los judíos (actuales israelitas) encontraron la solución al problema de su persecución idealizando su sueño del estado judío en la tierra de Palestina. Sin embargo, este territorio no era una tierra sin gente para una gente sin tierra. Era una tierra ya habitada por el pueblo árabe desde hacía mucho tiempo, con un alto nivel de cultura y una poderosa interacción con el resto del mundo. Pero la inmigración judía hacia Palestina continuó con el mandato británico tras la Primera Guerra Mundial (Tratado de Balfour) que, en resumen, es un ejemplo más de cómo una potencia europea elige el destino de un territorio no europeo.

Posteriormente, con el ascenso de Hitler al poder y también tras acabar la Segunda Guerra Mundial, la inmigración judía se había disparado, y fueron los palestinos (no responsables desde luego del holocausto) los que pagaron las consecuencias de esta masiva inmigración. Fue en 1947 cuando Gran Bretaña le pasó el conflicto a la ONU al escaparse le de las manos.
La ONU decidió dividir el territorio palestino en dos partes: un estado árabe que suponía el 43% del territorio (a pesar de que los árabes suponían 2/3 de la población total y eran dueños del 93% de las tierras) y un estado judío: Israel, que abarcaría el 56% del territorio palestino, incluyendo las zonas más fértiles para el cultivo (a pesar de que los judíos suponían sólo un tercio de la población y eran dueños de sólo el 7% de las tierras). Esta desigual distribución fue seguida de una agresiva política militar de Israel sobre el estado palestino que básicamente consistió en una serie de atrocidades tales como matanzas de civiles que desencadenaron la huida y posterior ocupación judía de amplias zonas designadas en un principio por la ONU, para los palestinos.

Así llegamos a la situación que se vive en nuestros días, con el pueblo palestino confinado en campos de refugiados, en pequeñas zonas dispersas por todo el territorio como la franja de Gaza, viviendo en condiciones de vida infrahumanas pues se encuentran continuamente asediados por los israelitas que les cortan todo tipo de suministros primarios. Tal es su condición de aglomeración que hablamos de 1,5 millones de seres humanos recluidos en 360 kilómetros cuadrados. Y esto es sinceramente inadmisible.

Por otra parte, creo necesario hablar del papel que desempeñan los Estados Unidos en un conflicto que, aparente e inicialmente le es totalmente ajeno. Las palabras clave aquí son el petróleo y territorios e influencia en Oriente Medio. Por estas dos razones EEUU apoya militarmente a Israel y mantiene la franja de Gaza en la categoría de “países hostiles de Oriente Medio”. Debo explicaros algo mejor por qué esto último resulta tan dañino para el pueblo palestino. Los países y territorios que EEUU clasifica como “hostiles de Oriente Medio” no pueden realizar ningún tipo de contacto con la Unión Europea, la ONU, o los países árabes “no hostiles” sin un permiso especial de la Casa Blanca. La mayor repercusión de esto para la franja de Gaza reside en la dificultad política para hacer llegar ayuda desde otros países a la ingente cantidad de refugiados que padecen.

Un buen ejemplo de esto ha sido el ataque por mar y aire de fuerzas israelíes a la “Flota libertad”, un convoy de 6 barcos, 3 de ellos turcos, que transportaban 750 personas y 10.000 toneladas de ayuda humanitaria para los palestinos de la franja de Gaza. A pesar de que los gobiernos de España, Turquía y Grecia han convocado a dirigentes israelíes para pedirles explicaciones sobre los casi 20 muertos, Israel tiene la indecencia de argumentar que “el convoy de ayuda humanitaria en realidad traía armamento para los palestinos” o que “el bloqueo de la franja debe continuar”.

La indignación internacional se ha manifestado por parte de la ONU, los gobiernos de muchos países y el mundo árabe ha empezado a movilizarse ya que, encabezado por Siria, se ha convocado una reunión de la Liga Árabe en defensa de Palestina. En respuesta a todo esto, Israel declara que rechazará una investigación multinacional sobre el asalto a la flota lo que demuestra su incapacidad real de justificar sólidamente este acto de brutalidad. Aunque claro... ¿Hay alguna forma de justificar un ataque contra una flota de ayuda humanitaria? Sospecho que la respuesta es NO.

Deberíamos analizar las circunstancias que nos rodean, si se permite a los países cometer tales atrocidades contra una población desamparada, si los dirigentes políticos impiden que otros reciban ayuda humanitaria en momentos de extrema necesidad. Es nuestro derecho plantearnos por qué dejamos que las cosas sean así y es nuestra obligación organizarnos y cambiar, es decir, pedir juntos libertad para el pueblo palestino.

Hay que partir del hecho de que la enemistad entre judíos y árabes no tiene raíces históricas, ni mucho menos. Incluso podríamos afirmar que la cultura judía floreció en el mundo árabe como consecuencia de su persecución en Europa. La enemistad entre judíos y árabes es el fruto de las decisiones de los políticos, de iniciativas bélicas, de un sistema educativo deficiente, incluso de diferencias religiosas pero esa enemistad no tendrá nunca pilares históricos.

Finalmente ya sólo me queda pediros que os paréis un poco a reflexionar acerca de esto. Si estáis algo atentos/as a las noticias podréis daros cuenta de toda esa hipocresía política que os he intentado reflejar, aunque eso no es algo nuevo, es simplemente una de muchas...”mierdas de la vida".